BOSTON – La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) ha emitido cinco permisos finales bajo la Ley de Agua Limpia para instalaciones de almacenamiento de petróleo a granel ubicadas a lo largo del río Chelsea (también conocido como Chelsea Creek). Los permisos reemitidos ordenan a las instalaciones que tomen medidas que limiten las descargas de aguas de tormenta y otras descargas no pluviales que pueden descargarse legalmente al río Chelsea y especifican prácticas de gestión diseñadas para controlar la contaminación de las instalaciones. Los límites y controles garantizarán que las descargas no dañen la calidad del agua ni las plantas y animales que viven en el río, como tampoco afecten la salud de las personas. Los permisos emitidos por la EPA consideran los impactos del cambio climático, especialmente el aumento de la intensidad de las tormentas y las inundaciones.
Estos permisos del “Sistema Nacional de Eliminación de Descargas de Contaminantes” (NPDES) emitidos por la EPA son para las cinco instalaciones que reciben, almacenan y distribuyen productos derivados del petróleo como gasolina, diésel, combustible para aviones y gasóleo, y reemplazan los permisos que se emitieron en 2014. Los productos y aditivos derivados del petróleo se reciben en cantidades a granel por barco o barcaza en los muelles de los buques marinos y se transfieren a los tanques de almacenamiento en superficie ubicados dentro de las áreas destinadas a los tanques de cada instalación. Los productos derivados del petróleo se transportan fuera del sitio mediante camión cisterna, barco o tubería.
Las cinco instalaciones son: Global Companies, LLC Terminal en Revere; Gulf Oil Terminal en Chelsea; Irving Oil Revere Terminal en Revere; Chelsea Sandwich Terminal en Chelsea; y Sunoco Logistics East Boston Terminal en Boston.
“La EPA ha trabajado muy arduamente para actualizar estos permisos de agua limpia a fin de garantizar que las instalaciones gestionen la escorrentía de agua utilizando los mejores métodos para proteger la salud y nuestro medioambiente local, especialmente a medida que los impactos del cambio climático aumentan este desafío”, indicó David W. Cash, administrador de la EPA de Nueva Inglaterra. “Estos permisos actualizados se basan en datos científicos y políticos sólidos, y están diseñados para promover la justicia y la equidad, aportando beneficios tangibles de salud pública a los residentes locales que han estado sobrecargados por las preocupaciones ambientales durante demasiado tiempo. Además de emitir estos permisos, la EPA continuará trabajando con socios para analizar y ayudar a mitigar los impactos acumulativos que enfrentan las comunidades que tienen preocupaciones de justicia ambiental”.
Estos permisos exigen que las instalaciones se adapten y mitiguen los impactos provocados por el clima, como las inundaciones, el aumento del nivel del mar y las tormentas y marejadas ciclónicas más intensas, en las operaciones de las instalaciones. Los permisos requieren que cada instalación desarrolle un “Plan de Prevención de la Contaminación de Aguas de Tormenta” (SWPPP) que incluya una evaluación cada año, utilizando datos de precaución actualizados como el Modelo de Riesgo de Inundación Costera de Massachusetts, de los impactos potenciales del cambio climático en las descargas de contaminantes de su instalación. Conforme a la evaluación anual, cada instalación debe implementar medidas de control, utilizando Prácticas Óptimas de Gestión que minimicen el riesgo de impactos de grandes tormentas e inundaciones, y tengan en cuenta las inundaciones en clima seco, incluidas las inundaciones causadas por el aumento del nivel del mar.
Para lograr una mejor protección del medioambiente y la salud pública, los permisos también incluyen límites de efluentes más estrictos basados en la calidad del agua, nuevos requisitos de monitoreo para ciertos parámetros basados en deficiencias en los usos designados del río Chelsea y requisitos de monitoreo ambiental continuos, incluido el requisito de que las instalaciones realicen una bioevaluación de los recursos bentónicos y la calidad de los sedimentos.
El trabajo de la EPA en el desarrollo de los permisos reemitidos incluyó una mayor difusión a las comunidades circundantes, efectuada en varios idiomas cuando los permisos se emitieron como borradores en busca de comentarios públicos. Hubo una contribución pública significativa que pidió a la EPA que mitigara los efectos adversos de múltiples factores estresantes ambientales en las comunidades afectadas, incluidas Chelsea, Boston y Revere. Estos impactos, incluidos los de la contaminación del agua y el aire, están siendo soportados por comunidades marginadas y sobrecargadas y, además, están empeorando por el clima extremo precipitado por el cambio climático. La supervisión continua de la EPA garantizará que las instalaciones cumplan con sus permisos para proteger la salud humana y el medioambiente de las comunidades cercanas que tienen preocupaciones de justicia ambiental.
La EPA tiene la intención de continuar comprometiéndose con los miembros de la comunidad para abordar las preocupaciones planteadas sobre estos permisos. Para comprender mejor estos complejos impactos acumulativos, basándose en el reciente anuncio de la EPA de una nueva oficina nacional dedicada a promover la justicia ambiental y los derechos civiles, la EPA está trabajando con socios para explorar una iniciativa destinada a investigar estos impactos acumulativos en las comunidades afectadas. Este trabajo requiere crear un proceso que sea construido y dirigido por las partes interesadas de la comunidad.
Al mismo tiempo, la EPA ha emitido un marco de políticas más amplio en torno a estos permisos, delineando su enfoque para analizar y considerar los impactos acumulativos, según corresponda, en futuras acciones de permisos y planificación. Si este análisis arroja “nueva información” que identifique los impactos ambientales que la EPA puede abordar, la EPA considerará reabrir estos permisos para proponer modificaciones apropiadas, o utilizará la información para informar la próxima ronda de permisos. La EPA también se compromete a examinar un análisis de impacto acumulativo en busca de evidencia de tratamiento dispar o impacto dispar en contravención del Título VI de la Ley de Derechos Civiles, y se compromete a una iniciativa de planificación a más largo plazo para ayudar a mitigar toda la gama de impactos adversos en las comunidades que tienen preocupaciones de justicia ambiental.
El río Chelsea es un río de mareas de tipo urbano que fluye desde la desembocadura de Mill Creek, entre Chelsea y Revere, hasta el puerto interior de Boston, entre East Boston y Chelsea. El río está clasificado por la Mancomunidad de Massachusetts como un cuerpo de agua de Clase SB, lo que significa que la calidad del agua del río debe ser capaz de soportar el vadeo, la natación, la pesca, la navegación y una comunidad saludable de peces y vida acuática. El río Chelsea se considera “deteriorado” porque no está apoyando esos usos debido a contaminantes como el amoníaco, el oxígeno disuelto y los hidrocarburos de petróleo y condiciones como la turbidez, el olor y la basura o escombros.
La EPA también está haciendo esfuerzos para garantizar la transparencia y mantener al público informado sobre estos permisos. En su SWPPP, cada titular de permiso debe presentar la base fáctica y el análisis de las acciones tomadas con suficiente detalle para permitir que la EPA, el público o una persona calificada independiente evalúen lo razonable que sea la decisión. Los permisos actualizados están disponibles en este sitio web: https://www.epa.gov/npdes-permits/chelsea-river-bulk-petroleum-storage-facilities-npdes-permits. Se publicarán en este sitio cada año los SWPPP correspondientes a cada instalación, junto con un resumen de los datos de monitoreo de descarga. También hay información adicional disponible para ayudar al público a inscribirse y poder recibir notificaciones sobre cualquier infracción y formas de comunicarse con la EPA en caso de tener preguntas e inquietudes.